Estará contento, es el hombre más solicitado de toda Polonia después de su gran partido ante Turquía.
Estoy muy feliz, sí. Me salió un partido redondo ante los turcos y conseguí marcar con la Selección, que siempre es especial. Pero lo que más me agrada es el hecho de haber comenzado el torneo consiguiendo tres puntos que a la postre eran valiosísimos.
No fue fácil el estreno, aunque se obtuviera finalmente una goleada...
Pues no, la verdad. Con el 4-1 en el marcador nos relajamos demasiado y Turquía se vino arriba hasta el punto de achucharnos un poco, de tenernos contra las cuerdas. Sin embargo, demostramos tener la madurez necesaria como para aguantar.
¿Qué tal se siente uno después de ser el protagonista absoluto de un partido?
Muy bien. He logrado marcar mis primeros goles en el Europeo y lo he hecho jugando cómodo entre líneas, como a mí realmente me gusta.
El 3-1, el segundo gol en su cuenta particular, fue una vaselina perfecta y bellísima.
Es un recurso que suelo emplear con bastante frecuencia. Se me quedó el balón en la frontal del área y perfecta para la pierna izquierda, levanté la cabeza, vi que el portero estaba adelantado y se la puse por encima.
Recordó un poco a los goles de los comienzos de Raúl, de aquel joven Raúl.
¿Se refiere usted a Raúl el del Real Madrid?
Sí, claro. A sus cucharas.
¡Qué va! Entre él y yo hay una distancia abismal. No nos podemos comparar. Yo aún estoy en proceso de aprendizaje. Pero ya me gustaría algún día ser como él...
Pues hoy le va a tocar zafarse de lo lindo, como acostumbra a hacer él.
Sí, los conjuntos británicos, como Escocia, siempre son bastante broncos y físicos. Pero tocando y abriendo a bandas les podemos ganar.
